Luján: entre la religión, los animales y lo natural

Un lugar de ensueño y, sobre todo, ideal para aquellos que sean religiosos y católicos. La ciudad de Luján, Buenos Aires, Argentina, es un destino turístico que mezcla lo natural, lo rupestre, lo autóctono y lo religioso. Un cóctel imperdible para los amantes de los tiempos libres, del descanso y vida rural, a tan sólo 100 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ahora bien, como cuentan los pueblerinos cada rincón de Luján tiene una historia varias veces centenaria para descubrir. La majestuosidad de la Basílica Nacional, imponente ejemplo del arte gótico, contrastando con la simpleza del estilo colonial del Complejo Museográfico más grande de Latinoamérica y las maravillosas Recovas de la Avenida Nuestra Señora de Luján, por la que, año a año, millones de fieles llegan a dar testimonio de su profunda Fé son motivos ideales como para acudir a este espacio.

El río Luján y su bellísima ribera invitando al descanso y la recreación en íntima comunión con la naturaleza. Estas atracciones son acompañadas por otras actividades de esparcimiento y entretenimiento que hacen de Luján un lugar único en el mundo. Las estancias de la zona han sido pioneras en el impulso del Turismo Rural nacional e invitan a vivenciar el día de campo. Pueblos históricos como Carlos Keen y Jáuregui completan esta propuesta de visita a nuestra fe y a nuestra historia.

Y sino que decir de uno de sus mejores espacios: “El Zoológico de Luján”. Inaugurado el 24 de noviembre de 1994, es un predio de 15 hectáreas conformando un amplio espacio natural con una particular fisonomía determinada por los sectores arbolados que lo caracterizan y donde el público encuentra un lugar para disfrutar de la naturaleza, contemplar e interactuar con algunas especies de animales y vivir momentos de convivencia familiar en ese entorno. Cuenta con los animales básicos y con más de 50 ejemplares de leones africanos, 20 tigres de Bengala, 12 pumas, unos cincuenta monos sudamericanos de diferentes especies, dromedarios que se reproducen en el zoo y elefantes provenientes de la lejana isla de Sumatra, convirtiéndolo en uno de los mejores de todo Latinoamérica.

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