El dulce de leche, las facturas y mucho más

Facturas

La variedad que ofrece Argentina en el área de los paisajes, de los lugares turísticos, de las actividades es infinita. Tanto verde, tanta montaña, tanto glaciar que uno no sabe por dónde empezar el viaje. ¡Por el norte será mejor? ¿O conviene más el sur? Estos y tantos otros dilemas se presentan cuando visitamos Argentina. Pero claro que hay cosas irrefutables, que no merecen discusión o planteos. A la hora de comer, en el suelo argentino hay opciones ya definidas que nadie se puede poner a rebatir. El asado es la comida por excelencia para un buen mediodía de sol, con el olor de la carne asándose y un buen vino a cuesta.

Pero si de la hora de la tarde hablamos, las facturas y el dulce de leche son los protagonistas por excelencia y trayectoria, pero también por el sabor. Este último es tradicional y tiene varios nombres dependiendo la zona de Latinoamérica que se recorra. Hecho a base de leche, cuenta la leyenda que fue descubierto por casualidad, cuando a un gaucho se le quemó la leche que estaba calentando. Igualmente, es la mejor opción para acompañar galletitas o facturas.

Las facturas… La pareja ideal para tomar mates, un rico café o un té de hierbas. Estos panificados de harina, con forma de tortas cubiertas con membrillo, el propio dulce de leche o crema pastelera son las mejores para la hora de la tarde. Además, también podemos probar los alfajores, dos tapas de masa con dulce de leche en el medio. Muy ricos y que seguramente se tornarán un vicio para nuestro paladar.

Como dijimos, no solo de paisajes sobrevive Argentina. La gastronomía autóctona tiene placeres que podremos disfrutar cada vez que visitamos este hermoso país, cuna de tantas glorias, de tantos personajes… y también del dulce de leche.

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