Si existe un lugar en Argentina que encierre varios climas a la vez, tenga una vegetación variada, paisajes totalmente distintos y además tenga historia, ese es Salta “la linda”. Es muy gratificante visitar la capital de la provincia argentina de Salta ya que encierra historia, tradición y arquitectura virreinal.
La impronta española la distingue del resto de las ciudades del país. Se siente la influencia colonial al andar por sus calles y se la va descubriendo en sus viejas casonas coloniales con balcones de madera. Así que si andas por aquellos pagos, te sentirás reconfortado y como en casa. Además, la belleza sorprende en la ciudad y alrededores y toda la provincia merece sin dudas su apodo: «Salta, la linda». Uno de sus principales atributos, quizás no tiene mucho que ver con la naturaleza y si con la tecnología. Pero en tres ellos dos hacen un coctel explosivo. Se trata del Tren de las Nubes: uno de los tres ferrocarriles más altos del mundo y parte desde la provincia de Salta y cruza la Cordillera de los Andes.
La ciudad de Salta se encuentra rodeada de cerros y está levantada en el Valle de Lerma a partir de 1582. Es imponente la Catedral, con el Señor y la Virgen del Milagro, que convocan en septiembre a la procesión pública más célebre de la Argentina. El antiguo Cabildo, con su Museo de la historia del Norte y numerosos negocios de platería criolla completan el sector de la plaza.
Por otra parte, es una cita obligada subir por el teleférico al Cerro San Bernardo para contemplar la vista de la capital y sus alrededores. El monumento a Güemes, al pie del cerro San Bernardo, y el Monumento 20 de Febrero, en el norte de la ciudad, son otras tantas obras que se recomienda visitar.
